"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

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15. LEYENDA DE HERA

Hola, querido amigo Prometeo: Seguía la pelea y el bardo también con su cuento... Un abrazo y feliz jornada sabatina... Juan Carlos CUENTO 15º Zeus las oyó temer, bramar y rugir una detrás de otra. Se preparó para la lucha empuñando sus armas. El choque fue terrible, la tierra tembló, el cielo parecía una brasa y el mar se irguió en una enorme ola hirviente. De los dientes de los dragones salían llamas que los relámpagos de Zeus desviaban. De repente, juntando todas sus fuerzas, Zeus lanzó un dardo poderoso, hecho de su rayo, que inflamó de una sola vez las múltiples cabezas de los dragones... ¿Qué pasará mañana? LEYENDA DE HERA Hera (en griego antiguo Hera, o equivalentemente: ??? Here en jónico y griego homérico) es la legítima esposa de Zeus en el panteón olímpico de la mitología griega clásica. Además, ocupaba el cargo de Reina de los dioses. Su equivalente en la mitología romana era Juno. Se le sacrificaban la vaca y más tarde el pavo real. Su madre se llamaba Rea y su padre Cronos. Hera fue conocida por su naturaleza celosa, violenta y vengativa, principalmente contra las amantes y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que se cruzaba, como Pelias. Paris, quien la ofendió al elegir a Afrodita como la diosa más bella, se ganó así su odio eterno. Se representa a Hera majestuosa y solemne, a menudo en el trono y coronada con el polos (una alta corona cilíndrica usada por varias de las Grandes diosas), pudiendo llevar en su mano una granada, símbolo de la fértil sangre y la muerte, o una cápsula narcótica de amapola. El investigador Walter Burkert escribió en Religión griega: «Sin embargo, hay registros de una representación anterior sin iconos, como una columna en Argos y una tabla en Samos». Culto Hera pudo haber sido la primera a quien los griegos dedicaran un santuario en un templo cerrado con techo, en Samos sobre el 801 a. C. Posteriormente fue reemplazado por el Hereo, uno de los mayores templos griegos de la historia. (Los altares griegos de la época clásica estaban frente a los templos, al aire libre.) Se construyeron muchos templos en ese lugar, por lo que las evidencias son confusas en cierta medida y las dataciones arqueológicas inciertas. Sabemos que el templo creado por el escultor y arquitecto Roico fue destruido entre 570 y el 560 a. C., siendo reemplazado por el templo de Polícrates entre el 540 y el 530 a. C. En uno de estos templos hubo un bosque de 155 columnas. Tampoco hay evidencias de losas en este templo, lo que sugiere que nunca fue finalizado o que estuvo abierto al aire. Santuarios más antiguos, cuya dedicación es menos segura, eran del tipo micénico llamado «casas santuario». Las excavaciones de Samos han descubierto ofrendas votivas, muchas de ellas de finales de los siglos VIII y VII a. C., revelando que Hera no fue simplemente una diosa griega local del Egeo: el museo de Samos contiene figuras de dioses, rogativos y otras ofrendas votivas procedentes de Armenia, Babilonia, Irán, Asiria y Egipto, testimonio de la reputación que este santuario de Hera disfrutó y de la gran afluencia de peregrinos. Comparado con esta poderosa diosa, que también poseyó el templo más antiguo de Olimpia y dos de los grandes templos de los siglos VI y V a. C. de Paestum, el Termagant de Homero y los mitos es una «figura casi cómica», según Burkert. Aunque el mayor y más antiguo templo independiente dedicado a Hera fue el Hereo de Samos, en el continente griego fue especialmente adorada, como ‘Hera Argiva’ (Hera Argeia), en su santuario situado entre las antiguas ciudades-estado micénicas de Argos y Micenas, donde se celebraban en su honor unos festivales, las Hereas. «Tres son las ciudades que más quiero», declaraba la diosa celestial de ojos de buey: «Argos, Esparta y Micenas, la de anchas calles». Hubo también templos dedicados a Hera en Olimpia, Corinto, Tirinto, Peracora y la sagrada isla de Delos. En la Magna Grecia se construyeron dos templos dóricos a Hera en Paestum, sobre el 500 a. C. y el 450 a. C. Un de ellos, llamado durante mucho tiempo «Templo de Poseidón», fue identificado en los años 50 como un segundo templo de Hera. En Eubea se celebraba en ciclos de sesenta años el festival de la gran Daedala, consagrado a Hera. La importancia de Hera en el período más arcaico queda atestiguada por el gran número de edificaciones erigidas en su honor. Los templos de Hera en los dos centros principales de su culto, el Hereo de Samos y el Hereo de Argos en la Argólida, fueron los primeros templos monumentales construidos por los griegos, en el siglo VIII a. C. Importancia antigua de Hera En el Templo de Hera en Olimpia, la imagen de culto tradicional de Hera era más antigua que la imagen guerrera de Zeus que la acompañaba. Homero describía su delicada relación con Zeus en la Ilíada, en la que Hera declara a Zeus: «También yo soy una deidad, nuestro linaje es el mismo y el artero Crono engendrome la más venerable, por mi abolengo y por llevar el nombre de esposa tuya, de ti que reinas sobre todos los inmortales». Aunque Zeus es a menudo llamado Zeus Hereo, ‘Zeus [consorte] de Hera’, el tratamiento que Homero le dispensa es poco respetuoso, y en posteriores versiones anecdóticas de los mitos Hera aparecía dedicando la mayor parte de su tiempo a tramar venganzas contra las ninfas seducidas por su marido, pues defendía todas las antiguas reglas correctas de la sociedad y hermandad femenina helenas. Matriarcado Ha habido considerables investigaciones, desde las de Johann Jakob Bachofen a mediados del siglo XIX, sobre la posibilidad de que Hera, cuya primitiva importancia en la religión griega está firmemente establecida, fuese originalmente la diosa de un pueblo matriarcal, presumiblemente habitantes de Grecia anteriores a los helenos. Desde este punto de vista, su función como diosa del matrimonio establecía el lazo patriarcal de su propia subordinación: su resistencia a las conquistas de Zeus se presenta como «celos» y forma el tema principal de las anécdotas literarias que recortaron su antiguo culto. En detrimento de esta teoría está sin embargo el hecho estadístico de que los matriarcados estrictos (esto es, una sociedad en la que las mujeres sean el único género con poder) no aparecen en culturas históricas o modernas. Por su parte, Walter Burkert señaló que tanto Hera como Deméter tenían muchos atributos característicos de la antigua Gran Diosa. Apius Claudius Caecus...

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